Me pasó algo similar con un hueso de carne y fue un momento realmente difícil! Estaba comiendo tranquilamente, pero no sé qué pasó, me descuidé un segundo y, de repente, mi perro estaba devorando un pedazo de carne. Lo peor fue que, en el medio, tenía un hueso, y en ese momento no sabía qué hacer. Me entró el pánico, empecé a gritar pidiendo ayuda, ¡fue terrible!
Por suerte, mi esposa reaccionó rápido y, gracias a Dios, no sé cómo lo hizo, pero logró ayudarme a calmar la situación. Desde ese día, tomamos todas las precauciones necesarias para evitar que vuelva a suceder.