Cuando empecé a estudiar Derecho ⚖️, pensé que el estrés sería mi compañero para siempre. Todo cambió cuando mi papá llegó un día a casa con un cachorro labrador. Al principio, no entendía cómo tener un perro iba a mejorar algo, pero Bruno me demostró que estaba muy equivocado.
Desde el primer día, Bruno llenó la casa de energía 🐕🦺 y amor. Le encanta correr por el parque, jugar con la pelota 🎾 y, claro, robarse mis apuntes cuando estoy distraído. Aunque a veces es un pequeño terremoto, también sabe cómo estar presente cuando más lo necesito.
En las noches de estudio, Bruno se echa a mi lado y parece decirme con su mirada: “Tranquilo, todo va a salir bien” 🥰. Sus paseos se convirtieron en mi mejor escape del estrés, y su amor incondicional es mi recordatorio diario de que la vida también puede ser simple y hermosa. ¡No sé qué haría sin él! 🐾❤️